Sergei Prokofiev - страница 14
Con los cinco años de carrera de composición, los estudios de Prokofiev no habían terminado en el Conservatorio: decide seguir otra carrera – la de pianista. Después de deliberar mucho, decidió dejar de estudiar con Winkler y se inscribió a las clases de Ana Yesipova, la profesora de piano más reconocida. En su Diario anota:
Estudiar con Yesipova es un placer. Cada vez que preparo la lección, lo hago cuidadosamente, para que suene con más claridad e inteligencia. ¡Qué suerte que me fui de Winkler! Pero no obstante, el recuerdo de él es sagrado. Y en la memoria de los antiguos buenos años, durante el verano compuse especialmente para él los cuatro Estudios para piano y se los dediqué con las palabras «Al querido Maestro». El día antes de ayer se los entregué a Winkler, y mañana tendré que encontrármelo «accidentalmente» en el conservatorio y preguntarle si le han gustado.
Al principio todo iba bien con las clases de Yesipova, y la profesora decía con orgullo que tenía en su clase a un alumno que sabía escribir sus propias sonatas.6 Pero después de un tiempo, Prokofiev empezó a sentir que el método de Yesipova, basado en los patrones «clásicos», era muy aburrido para él. «Si el temperamento del alumno coincidía con el de la profesora, los resultados eran admirables. Pero si el alumno demostraba cierta originalidad, ella en lugar de desarrollarla, la quería suprimir», recordaba él. Ella le insistía que tocase más Mozart, Schubert y Chopin cuando se ocupaba de encontrar su propio lenguaje, y por eso, no entendía cómo uno podía preocuparse por las sencillas armonías de Mozart.
El examen final de piano se presentó en dos partes. La primera tuvo lugar el 12 de marzo de 1914, donde Prokofiev tenía que interpretar las obras de Bach, Mozart, Beethoven, Chopin, Schumann y Lizst. Los examinadores le pusieron la nota más alta, «5+». Después del primer examen, Prokofiev escribió en su Diario:
Es muy lindo sacarse de encima este examen. Pero el segundo está por venir. ¿La interpretación de mi propio concierto me salvará o me matará? ¿Quedarán enojados los examinadores por su disonancia o, por el contrario, quedarán impresionados por su brillantez e impetuosidad? De todos modos, ya es demasiado tarde para empezar a estudiar otro concierto. Pero estoy seguro de que se puede tocar mi obra de tal manera que los examinadores se queden sin palabras, y en eso está la victoria. Además, este es el primer caso: ninguno de los alumnos del Conservatorio de San Petersburgo ha interpretado jamás su propio concierto en el examen final.
El 22 de abril de 1914, Prokofiev tocó brillantemente su Primer Concierto para Piano en el examen final. Su más cercano rival para obtener el primer lugar en la carrera fue Nadezhda Golubovskaya.7 A la espera de la decisión del comité del examen, Prokofiev invitó a Golubovskaya a jugar al ajedrez. La comisión estuvo a favor de Prokofiev, lo que significaba el otorgamiento del título de Laureado del Conservatorio y el Premio de Antón Rubinstein – un piano nuevo fabricado por Schroeder, que se entregaba cada año al mejor pianista graduado.
Sí, fue una victoria, y muy importante para mí porque ocurrió en mi Conservatorio favorito, donde no me dieron golpecitos en la cabeza como a un buen alumno, sino que gané con una nueva palabra, mi palabra, pronunciada contra la rutina y la vieja tradición establecida en el Conservatorio