Sergei Prokofiev - страница 26
El comienzo del trabajo con Diaghilev
Prokofiev se encontraba en Petrogrado luego de haber vuelto del extranjero y desde allí le escribió a Miaskovski contándole que estaba planeando componer una muy complicada música para su primer ballet. Con el poeta Sergei Gorodetski, quien tenía que escribir el libreto para este, Prokofiev se vio el 17 de julio de 1914. Durante la charla Prokofiev le explicó sus ideas sobre la futura composición: 1. Tiene que representar algo de la vida rusa; 2. Debe ser dramático o de buen humor y no algo indeterminado, es decir, que sea agua hirviente o hielo, no agua tibia; 3. Debe ser conciso y con un rápido desarrollo del sujeto; 4. No tiene que tener momentos sin acción; 5. Debe consistir en cinco o seis partes, para un total de media hora». A Gorodetski le gustó la propuesta y le prometió al compositor que enviaría sus esbozos lo más rápido posible.
A finales del mes de julio, Prokofiev y su madre se marcharon a Kislovodsk10 para descansar y estar más lejos de lo que les pudiera hacer acordar a la cercanía de la guerra. Por las mañanas Prokofiev dedicaba su tiempo a su Sinfonietta y las tardes las pasaba junto con Nina Meshcherskaia, hacia quien experimentaba sentimientos muy tiernos. Al volver a Petrogrado, en septiembre y octubre, siguió trabajando en El Patito feo, el ciclo de canciones basadas en el famoso cuento de Hans Christian Andersen, que le había sugerido Nina. Mientras María Grigórievna ayudaba a los médicos del Hospital Aleksandrovski con los heridos desmovilizados desde el frente, Prokofiev se sentía avergonzado de que estaba en casa componiendo música. Comentaba en su Diario: «Por supuesto, es un egoísmo imperdonable el estar sentado sin hacer nada cuando la gente se está muriendo. (…). ¡Qué diabólico absurdo es la guerra, y con qué absurda seriedad se hace este absurdo!». Además estaba muy preocupado por varios de sus amigos y conocidos que se encontraban en el frente, entre ellos su querido Miaskovski.
El 8 de octubre Nuvel, colaborador de Diaghilev, llegó a la casa de Prokofiev para preguntarle acerca del avance con el ballet. Prokofiev le contestó al representante del empresario que todavía no tenía ninguna novedad del libretista (Gorodetski no se apuraba con el texto) y en su propia defensa agregó que pensaba que en época de guerra, en París y en Londres había pocos interesados en el ballet. Nuvel expuso que era cierto que los Ballets Rusos pronto se dirigirían a los Estados Unidos, pero que Diaghilev estaba esperando la música de Prokofiev. Después de la visita, Prokofiev comenzó a buscar con apremio a Gorodetski e insistir sobre una reunión con él. Al momento del encuentro, los autores le atribuyeron a la obra el nombre de Ala y Lolli, aunque el libreto ofrecido por el poeta no le gustó suficientemente a Prokofiev y tuvo que proponer sus propias ideas para el texto. Luego de una semana llegó otro telegrama de Diaghilev donde le preguntaba a Prokofiev si podía viajar a Roma y traerle el clavier del ballet y de paso tocar su Concierto Nº 2 para Piano. La invitación de viajar a Italia le gustó muchísimo al joven compositor y tomó la decisión de terminar el ballet con una velocidad récord de 5—6 semanas.
Serge Lifar con Diaghilev a su derecha, Boris Kochno a su izquierda y miembros de la compañía Ballets Rusos. Llegada a Liverpool durante una gira, diciembre de 1928